PEREGRINAS DE MONTAÑA

Desde 2016 buscando nuevos caminos…


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Camino de Santiago 2021: El BOALO-CERCEDILLA

01 mayo 2021

Azu, Paca, Concha, Lola, Nuria, Marisa y Maribel

No estábamos dispuestas a quedarnos sin Camino este año como el pasado. Según se acercaba el puente de mayo, el gusanillo nos picaba por dentro, así que comenzamos a planificar un Camino de Santiago muy atípico, pero Camino, al fin y al cabo.

Este año las camisetas hacen alusión, como no, al Covid, al que vamos dando pisotones según avanzamos porque no vamos a consentir que vuelva a interferir en nuestros planes.

Para no dormir fuera de casa, sólo haremos una etapa que, además, tendremos que modificar ligeramente por las restricciones de movilidad que tenemos en la Comunidad de Madrid.

La etapa en cuestión es la que va de Manzanares el Real a Cercedilla. Al estar Manzanares cerrado perimetralmente, comenzaremos en El Boalo.

Evidentemente, al no ser una etapa circular, tenemos que planificar la ida y la vuelta. Partimos temprano, repartidas en cuatro coches hasta Cercedilla, donde dejamos dos de ellos aparcados. En los otros dos, volvemos hasta Cerceda, donde tomamos el desvío a El Boalo.

Aparcamos en el parking público que se encuentra en la Avenida de la Paz, muy cerca de la Iglesia de San Sebastian. Por cierto, que su campanario está llenito de okupas 😍

Frente a la salida del parking, un gallo mañanero, que convive en buena armonía con un pavo real, nos da los buenos días a golpe de «kikiriki».

Callejeamos por el pueblo buscando algún sitio abierto para desayunar. De camino, Mbperegrina se enamora de un perrillo madrugador que se acerca a la valla pidiendo cariños ♥️

Desayunamos en una terraza en la plaza central del pueblo, junto a una escultura dedicada a sus vecinos y visitantes, obra de Pilar Cuenca y fechada en 2003.

«… de sus hombres, la algarada / de sus niños, las sonrisas / de sus mujeres, el alma / que da fuerza y que da vida»

Después del desayuno, atravesamos el pueblo buscando por dónde se llega a la ermita de San Isidro, encontrando a nuestro paso bonitos mensajes que no nos pasan desapercibidos.

Siguiendo el curso de la M-617 aparece una plaza donde se alza una cruz de autor desconocido, primer símbolo que nos recuerda a los cruceiros de tierras gallegas que encontrábamos a cada paso en nuestros Caminos de años anteriores.

Cerca de la cruz hay una pradera donde encontramos paneles informativos de la zona.

Tomamos dirección N, hacia las montañas, y tras atravesar una urbanización de chalets pisamos por fin camino, ancho y en bajada (Calle de la Cañada), siempre mirando a las montañas que cada vez están más próximas.

Tras pasar por alguna explotación ganadera llegamos a la Colada de Mataelpino a Manzanares, la tomamos hacia la izquierda, unos metros más adelante ya vemos las primeras señales del camino de Santiago.

Destaca en el paisaje uno de los hitos más representativos de nuestra sierra, el pico de la Maliciosa (2.227 metros).

Una vez que ya estamos en el trazado del Camino de Santiago, seguimos de frente dejando a nuestra izquierda pequeñas huertas y a nuestra derecha algunas fincas ganaderas. Habíamos leído que el camino estaba bien señalizado y es cierto. Vamos encontrando flechas amarillas por todo el recorrido: en piedras, fachadas de casas, maderos, en el suelo, en los puentes e incluso en los arboles está marcado el Camino.

Para llegar a Mataelpino tomamos un sendero que sale a nuestra derecha y asciende suavemente entre fresnos y robles hasta la entrada de la Finca Prado Nuevo.

Entramos a Mataelpino pasando junto a una rotonda en la que luce un águila imperial Ibérica con una culebra entre sus garras sobre el tronco de un árbol. Bonito y sencillo monumento dedicado a este ave rapaz del que afortunadamente aún podemos encontrar ejemplares en la Comunidad de Madrid.

Ya dentro del pueblo nos despistamos un poco porque han marcado con flechas tres recorridos alternativos. Primero subimos por una empinada cuesta.

Vamos buscando el albergue de peregrinos, para que nos sirva de referencia, pero al final terminamos en la Plaza de España, donde encontramos otra curiosa escultura en honor a las mujeres pastoras y un mojón con los 619 km que nos separan este año de la Plaza del Obradoiro.

Salimos de Mataelpino dejando atrás otra bonita escultura, inaugurada en abril de 2003, esta vez con temática infantil, y también en homenaje a vecinos y visitantes 😊

«…y Mataelpino se duerme / bajo las nieves y el frío / y despierta con el sol / y la sonrisa de un niño»

Este tramo que recorremos a continuación discurre paralelo a la M-607 (también conocida como carretera de los Molinos). Seguimos siempre en el lado derecho de la carreta, unas veces mas cerca y otras mas lejos. A veces el camino se hace más estrecho, llegando a ser un fino sendero arropado por las jaras.

Antes de llegar a Navacerrada hacemos un alto para nuestro momento anacardo. En esta parada atisbamos, a lo lejos, la curiosa figura de un camello que forman las montañas.

Llegamos hasta la zona del arroyo de la Angostura, que está especialmente bonita este año y el arroyo va rebosante de agua, al contrario que hace dos años cuando pasamos por aquí en la ruta de los embalses de Navacerrada, que el arroyo estaba seco. https://peregrinasblog.wordpress.com/2019/10/23/los-embalses-de-navacerrada/

Después cruzamos M-607 por una zona con bastante visibilidad y vamos en paralelo a la carretera hasta adentramos en un frondoso bosque donde tenemos que cruzar el río Navacerrada por un puente de piedra.

Tras atravesar el bosquecillo, llegamos hasta el acceso al Paseo de la Longuera, que dejamos a nuestra izquierda para continuar de frente entrando en la villa de Navacerrada por una urbanización de chalets que nos llevará directamente hasta El Porrón, donde teníamos reservada mesa para comer.

Después de comer, salimos del pueblo siguiendo las flechas amarillas. Ya sólo nos queda el último tramo hasta Cercedilla que nos obliga a subir una cuesta con bastante desnivel y a cruzar la carretera en varias ocasiones.

Llegamos a la altura del restaurante La Fonda Real, volvemos a cruzar con precaución la M-601 y tomamos de frente una pista asfaltada que nos lleva en bajada hasta el hotel rural La Casona de Navalmedio. Desde allí seguimos por pista de tierra hasta Cercedilla.

Sólo nos queda ir al aparcamiento de Cercedilla a por los coches y, desde allí, a El Boalo para recoger los otros dos coches y ya volver a casa.

Buen Camino y hasta la próxima, peregrinas!


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Camino de Santiago 2020

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18 abril 2020

Marisa, Ra, Yola, Nuri, Paca, Concha, Lola y Maribel 

Podríamos haber tenido una baja, dos a lo sumo. Siempre surgen imprevistos, situaciones inesperadas de última hora, pero lo que jamás habríamos pensado es que el camino, nuestro Camino 2020, se viera truncado repentinamente. Lo imposible ha sucedido.

El 10 de enero Ra nos comunicaba:

Buenos días chicas….. Reservados ya todos los alojamientos y ya sacados los billetes de los vuelos de ida y vuelta a/desde Oporto. Volamos con Air Europa.

Y el 31 del mismo mes se confirmaba el primer caso de coronavirus detectado en España.

Llega marzo y con él una pesadilla en forma de pandemia que frena de golpe y porrazo toda esperanza de realizar nuestro camino en las fechas previstas.

El 29 de abril comenzaría nuestro viaje. Cinco días del puente de mayo  reservados para descubrir otra ruta jacobea, como cada año.

El silencio recorrerá esos días (los nuestros) el Camino de Santiago, sin peregrinos, sin bares ni albergues abiertos, sin ampollas ni dolores de los que quejarse, sin cañas en el aperitivo  ni cafés a media tarde…

Aquí nos quedamos confinadas, preocupadas por nuestros mayores, por las miles de personas fallecidas, por la multitud de contagiados y por la difícil situación futura en la que quedará nuestro país.

Nunca hemos vivido algo igual. Ahora sólo estamos pendientes de una curva difícil de doblegar. Nunca una curva dio tanto que hablar.

El Camino siempre estará ahí, esperándonos.

Volveremos, peregrinas,  volveremos…  Cuidaos mucho!


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Camino de Santiago 2019: Un palo y siete (ocho) amigas

“El amigo es otro yo. Sin la amistad el hombre no puede ser feliz”. Aristóteles

El 31 de enero me operaron de un neuroma de Morton en mi pie izquierdo. Lo único que le pregunté al cirujano antes de que me diera cita para la intervención es si estaría totalmente recuperada el 30 de abril para comenzar el Camino de Santiago, a lo que respondió afirmativamente. He tenido una recuperación muy lenta y en ocasiones estancada que me hizo dudar de que pudiera estar a punto en el puente de mayo. De hecho, todavía con molestias, decidí que no me perdería este año el Camino, “compraré un palo para ayudarme a caminar” pensé “y tiraré pa’lante hasta donde pueda”.

Mi palo (abandonado el último día en Santiago de Compostela para no tener que facturarlo) cumplió su cometido, pero sobre todo fueron mis amigas las responsables de que un año más haya podido terminar el Camino.

Así son ellas, mis peregrinas 🙂

Mi Paca. Paca es una persona de carácter. Práctica, vital y generosa, segura de sí misma. Tiene un magnetismo realmente profundo, que la hace ser líder por naturaleza. Es perspicaz y persuasiva. Ha sido mi protectora en el Camino cuidándome en todo momento, sabiendo que yo era vulnerable en este viaje. Pendiente de mí, la he tenido a mi lado sin pedírselo tantas veces como la he necesitado.

Mi Concha. Concha es muy popular y empática. Sensible, divertida, tierna y muyyyy cariñosa. Me encanta su risa tan contagiosa. Mi Concha es perdurable. Nunca me abandona. Nadie como ella para alegrarme el día. Ha sido mi fisio en el Camino, dándome masajinos para aliviar mis contracturas de espalda.

Mi Nuri. Nuri es única y original. Tiene un característico y genial sentido del humor. Es leal, espontánea, sociable, amigable. Emana un encanto al que es difícil resistirse. Tiene un no sé qué, un qué se yo que la hace absolutamente imprescindible. Ha sido mi compañera en el Camino, casi siempre a mi paso, casi siempre a mi lado, con una lealtad y compromiso fuera de lo común.

Mi Lola. Lola es independiente y divertida. Lista, dinámica y entusiasta. Lola es la alegría de la huerta. Despistada, desastre absoluto por naturaleza, a la que todo se le perdona porque tiene un hechizo natural que atrae a todo ser viviente. Ni siquiera tiene que intentarlo demasiado, sus hormonas tienen que tener algo diferente a las de las demás. Ha sido la tesorera del fondillo en el Camino y no ha perdido ni una moneda!!!!

Mi Ra. Ra es analítica, ordenada, seria, sensata y responsable, llena de equilibrio y serenidad. Posee una capacidad de esfuerzo increíble. Es altamente generosa y presta siempre apoyo y consejo. Ha sido mi mentora en el Camino, guiándome hacia las buenas acciones y evitando que no cometiera más actos impuros de los necesarios. Ahhhh también ha sido mi despertador y mi compi de habitación.

Mi CMari. CMari es inquieta, charlatana y curiosa. Todo lo pregunta y siempre busca la opinión de los demás. Algo indecisa y un poco gruñona, pero al final amoldable a las circunstancias. Tiene muy buen fondo y buen corazón. Ha sido la que me esperaba en muchas ocasiones para que yo no fuera la última de la fila.

Mi Marisa. No puedo detallar a Marisa con tanta fiabilidad como a las demás, porque no la conozco hasta ese punto, pero puedo decir que tiene una mente ágil, que es tenaz y perseverante y que tiene dotes para administrar y dirigir. Ha sido nuestra guía y reloj en el Camino.

No quiero que Yola se quede fuera de mi particular recuento sólo porque no haya podido acompañarnos en esta ocasión. De ella puedo decir:

Mi Yola. Yola es sensible, intuitiva y silenciosa. Tiene una mente despierta, una memoria envidiable y gran capacidad de aprendizaje. Tiene el corazón en su lugar y un espíritu invencible: sale adelante de toda situación, puede que en ocasiones flaquee, pero nunca se rinde. Es una persona en la que se puede confiar y pedir ayuda.

Os quiero y me encanta que cada una tenga esas peculiaridades que os hacen únicas.

¿Qué sería de mi vida sin cada una de vosotras?


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Camino de Santiago 2019: Cuaderno de viaje

Mostramos aquí algunos (que no todos) de los dibujos recogidos en nuestro cuaderno de viaje.

 

SÁRRIA – Rua Maior con la iglesia de Sta. Mariña al fondo

 

SÁRRIA – Estatua de Alfonso IX en la Praza da Constitución

 

SÁRRIA – Convento de la Merced

 

SÁRRIA – Ponte da Áspera

 

Roble centenario en el camino entre Sárria y Vilei

 

Fuente del Pelegrín, entre Mercado da Serra y el Molino de Marzán

 

A BREA – Mojón del kilómetro 100

 

PORTOMARÍN – Escalinata y Capilla de las Nieves

 

PORTOMARÍN – Iglesia de San Nicolás

 

PORTOMARÍN – Monumento al Peregrino

 

PORTOS – Hormiga del Albergue «A paso de formiga»

 

Entre SAN XULIÁN DO CAMIÑO y LEBOREIRO

 

LEBOREIRO – Cabazo e Iglesia de Santa María

 

LEBOREIRO-DESICABO – Ponte do Leboreiro, sobre el río Seco

 

FURELOS – Ponte de San Xoán de Furelos

 

FURELOS – Cristo de Furelos en la Iglesia de San Xoán (obra de Manuel Cajide)

 

MELIDE – Iglesia de Sancti Spiritus

 

MELIDE – Pulpo

 

Ponte das Penas sobre el río Catasol

 

BOENTE – Iglesia de Santiago de Boente

 

RIBADISO

 

ARZÚA – Fuente de los Becerros

 

 

 

 

 

 

 


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Camino de Santiago 2019: Un día en Santiago

05 mayo 2019

Pasamos nuestro último día de viaje descansando en Santiago. Por la mañana nos dirigimos a por nuestra Compostela, pero hay tal afluencia de peregrinos que desistimos. Ya la tenemos de otros años y con la mañana tan fantástica que hace, no merece la pena pasarla en una cola esperando, así que nos dirigimos a la Catedral, que está en obras por dentro y encendemos algunas velas. Siempre hay algo por lo que pedir y algo que agradecerle al Santo.

Hoy paseamos la ciudad… tenemos tiempo de sobra para disfrutarla.

Buscamos regalos y recuerdos

Y encontramos el MÁS ESPECIAL, un pulpo morado, al que bautizamos con el nombre de Siboney y que hará compañía a la cabra de nuestro logo como mascota oficial de las Peregrinas de Montaña, sin perderse ninguna de nuestras rutas venideras.

  

Nos tomamos un aperitivo en la Plaza de San Martín y después volvemos a Sobriños do Pai a comer. De postre nos sirven una rica y graciosa tarta peregrina, que no habíamos visto en ningún otro sitio.

Después de comer, unos cafés antes de encaminarnos a comprar las tartas de Santiago, obligadas para la familia y los compañeros de trabajo, en la pastelería Casal Cotón a la que solemos acudir cada año, donde comprobamos con agrado que tienen nuestras fotos expuestas en su panel de clientes.

Ya sólo queda encaminarnos al autobús que nos lleva hasta el Aeropuerto para volver a casa.

Buen Camino, peregrinas!!!


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Camino de Santiago 2019: Quinta etapa O PEDROUZO – SANTIAGO DE COMPOSTELA

04 mayo 2019

Ultima etapa de este año. Desayunamos en la cafeteria Che y retomamos el Camino cerca del Gallo Piñeiro, girando a la derecha hasta encontrar las señales que nos sitúan en una pista que se abre paso entre frondosos eucaliptus.

Volvemos a campo abierto y poco después,  tras una corta pero intensa subida alcanzamos Cimadevilla, que es una aldeilla de un par de casas diseminadas entre prados.

Después el Camino se convierte en una pista forestal rodeando el Aeropuerto. Estamos en un tramo muy pesado, de aproximadamente 1,5 kilómetros hasta que llegamos al monolito esculpido con el bordón, la calabaza y la vieira, que anuncia la entrada en el municipio de Santiago.

Nuestra siguiente parada para tomar café es en Casa Porta de Santiago, en la aldea de San Paio. Hace un día muy bueno y nos sentamos en la terraza a disfrutar del descanso y el sol. Hay mucha afluencia de peregrinos,  hoy no hemos recorrido ningún tramo solas.

Esta pequeña y agradable aldea tiene estructura medieval y las casas se agrupan en torno a su capilla en la que, por cierto,  no pudimos sellar porque estaba cerrada.

Tras el descanso continuamos por carretera asfaltada, primero en breve subida y luego en descenso hasta la localidad de Lavacolla, con su iglesia parroquial de San Pelayo.
El camino continúa por delante de la iglesia por el desvío hacia Villamaior, cruzando el arroyo Lavacolla (que aparece en el Codex Calixtinus) por un puente de madera. En este lugar la tradición cuenta que el peregrino aprovecha para asearse y lavar sus vestimentas antes de entrar a Santiago.
A partir de aquí, seis kilómetros de ascenso nos separan del Monte do Gozo.
No son precisamente muy agradables, ya que buena parte del tramo hay que hacerlo por el asfalto.
Ascendemos hacia Villamaior, pasamos junto a las instalaciones de la Televisión de Galicia y, poco después, junto a TVE, haciendo un pequeño codo que nos deja a las puertas de San Marcos, antesala del  Monte do Gozo, donde paramos a comer en el restaurante A Calzada.

Junto a la Ermita de San Marcos encontramos el monumento de Juan Pablo II, que fue construido en el año xacobeo 1993 y que señala la cima del Monte do Gozo desde dónde podemos ver las torres de la Catedral de Santiago.

Después buscamos el Monumento al Peregrino, dos grandes estatuas con los brazos alzados, que miran hacia la ciudad señalando la dirección a seguir para llegar al final de la ruta jacobea. La presencia de estas esculturas no sólo tienen un carácter estético, sino también conmemorativo e incluso simbólico, ya que invitan a los caminantes a reflexionar acerca del viaje. Sin duda, uno de los sitios con más encanto del Camino, donde Nuria lanzó sus palos al viento porque ya no los necesitaba para caminar. «El Camino cura«, es su frase más repetida cada vez que terminamos uno.

          

El Camino sigue por la Rúa do Gozo para entrar en su tramo urbano. Unas escaleras nos acercan al puente que salva la Autopista y nos mete en Santiago por el barrio de San Lázaro.  Ahora los mojones se sustituyen por conchas en el suelo, indicándonos la ruta hasta la Catedral, a la que por fin llegamos después de dejar atrás la estatua del Templario Peregrino, la Porta Itineris Sancti Iacobi, la parroquia de San Lázaro y el cruceiro de San Pedro.

Llevamos cuatro años viniendo y es la primera vez que la vemos sin andamios. Siempre impresiona, siempre emociona, siempre enamora.

Lucimos nuestras camisetas, como otros años… Al final van a hacerse famosas 🙂 Más de uno nos pide permiso para fotografiarlas y eso que no han visto nuestros súper-botes!!!

 

      

Esta noche nos alojamos en Os Sobriños do Pai, unos apartamentos muy bonitos cerca de la Plaza de la Inmaculada. Cenamos allí mismo, porque tienen un buen restaurante, de hecho es una de las mejores pulperías de Santiago de Compostela, además de ser la más antigua. Ofrecen buena comida a buen precio, como comprobamos nada más recibir los primeros platos.

Al caer la noche, nos vamos a buscar la sombra del peregrino fantasma y la encontramos en la Plaza de la Quintana. Cuando vayáis a Santiago de Compostela no dejéis de visitar este juego de luz y sombra realmente curioso.

Después del desastre de queimada del año pasado, probamos suerte en otro sitio, concretamente en el pub Fuco Lois y esta vez sí nos hacen una queimada en condiciones.

A algunas todavía nos quedan fuerzas para jugar unas partidas de futbolín en el bar Tolo, un local rock-punk, pequeño y estrechito pero lleno de ambiente, donde las luces de neón son las reinas y como tapa te sirven cubiletes de chuches. Francamente pintoresco.

Y por fin a dormir, con preciosas vistas a la Catedral desde uno de nuestros apartamentos abuhardillados.

«As noites galegas, noites de encontros, noites para compartir…»

 


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Camino de Santiago 2019: Cuarta etapa ARZÚA – O PEDROUZO

03 mayo 2019

Esta mañana desayunamos en la Panadería Vázquez, establecimiento con pan y bollos recién hechos. Nos dirigimos hacia el centro de Arzúa para retomar el Camino. Nos paramos para admirar dos de sus estatuas. Una de ellas es la Queixeira, realizada por el Concello de Arzúa en 1984, como homenaje a las queseras de la comarca. La obra es de granito y representa a una quesera ataviada con el traje típico, toca y paño en cabeza con un queso en sus manos y un cesto ante ella con varios más.

Y la fuente de los Becerros: escultura en piedra que representa a dos ganaderos, mujer y hombre, sujetando a dos becerros. Hace alusión a la larga tradición ganadera de la villa.

La salida de esta localidad se realiza cuesta abajo a través de un suelo empedrado. En una especie de rotonda rural se toma una pista de gravilla, que pasa junto a la Fuente de los Franceses, una reconstrucción de la original que, según los vecinos más antiguos de la zona, respeta muy poco a la primera.

En breve se llega a As Barrosas, por una pista a través de un bosque se accede a O Raido y tras una breve subida, llegamos a la aldea de Preguntoño, donde se encuentra la ermita de San Paio, del siglo XVIII. La ermita está cerrada, nos dicen que sólo se abre en julio y agosto. Paramos en la terraza que hay en esta aldea a tomar nuestro segundo café. Es el sitio con el baño más limpio que hemos visto desde que empezamos el Camino.

Avanzamos entre prados repletos de vacas y cultivos de maiz hasta A Peroxa. Nos vamos encontrando muchas zonas con eucaliptos que pueblan cada vez más el paisaje y los prados hasta que llegamos a Calzada. Cuando llevamos aproximadamente unos 8 km recorridos, llegamos a Ferreiros, ya en el Concello de O Pino (último ayuntamiento antes de la llegada a Santiago), donde nos encontramos con un curioso establecimiento, el bar-cafetería Casa Tía Dolores, conocido por su «cerveza peregrina para la gente que camina».

Un lugar pintoresco y sorprendente, de parada obligada, donde en los botellines se escriben deseos y mensajes que luego podemos colocar a modo de adorno en cualquiera de las múltiples formas que los dueños han ideado. Paramos aquí para nuestro momento-anacardo, disfrutamos un buen rato en su terraza, con un tiempo fantástico.

A partir de aquí, el paisaje no cambia mucho, nos adentramos por cómodas pistas forestales, que solo abandonamos durante pequeños tramos de enlace de carreteras locales por las que apenas pasan vehículos. Así llegamos hasta Boavista.

Se acerca la hora de comer cuando nos sale al paso un cartel anunciando el albergue de Salceda. Abandonamos por la izquierda el Camino para dirigirnos hacia allí.  No pudimos hacer mejor elección. El albergue se encuentra muy bien cuidado y acondicionado.  Un amplio restaurante acristalado ofrece vistas a los jardines y dispone de menú  y platos gallegos. Después de comer, nos ofrecen su jacuzzi al aire libre para refrescar y descansar nuestros pies tras la caminata que llevamos hoy. Es otro de esos lugares aue estamos descubriendo este año en los que merece la pena quedarse…. vamos a tener que hacer un listado para volver a más de un sitio de los que dejamos atrás para disfrutarlo con más tiempo.

Con los pies fresquitos y descansados, retomamos la etapa por una pista que nos indican desde el albergue para enlazar de nuevo con el Camino y al llegar al alto de Santa Irene, paramos a tomar café en la terraza del restaurante O Cedoiro, al pie de la carretera.

Volvemos a internarnos por el campo hasta llegar a un tunel bajo la carretera que nos ofrece dos alternativas: a Santa Irene por la izda o a Pedrouzo por la dcha.

Esta noche dormimos en O Pedrouzo, asi que nuestra opción es la senda de la derecha, pero primero paramos a refrescarnos en la fuente barroca de Sta Irene, que se conoce como la Fuente de la Eterna Juventud, y según cuenta la leyenda, todo aquel que se lave con su agua se conservará siempre joven. Pues nada, nada, a lavarnos bien la cara y las manos, a ver si rejuvenecemos unos años, jajaja!!!

Dejamos la fuente volviendo sobre nuestros pasos para tomar el desvío que indicaba a O Pedrouzo. Un peregrino nos ha dicho que cree que es el mejor camino. Sin embargo,  esta alternativa nos vuelve a sacar al lado de la carretera y dejamos de ver flechas e indicaciones del Camino. Sabemos que el siguiente pueblo por el que tenemos que pasar es A Rua.

Despistadas, optamos por preguntar a una señora que vive a pie de la carretera y en ese momento está cuidando su huerto. Nos indica cómo retomar el Camino, pero por carretera, no por el campo. No nos queda otra, cruzamos la nacional a la brava siguiendo sus indicaciones y pocos kilómetros después llegamos a O Pedrouzo.

O Pedrouzo es un pequeño pueblo lineal, que prácticamente concentra todos sus servicios a ambos lados de la carretera principal. Tras instalarnos en Pilgrim’s House, bajamos a un supermercado a comprar agua y algo de fruta para la jornada de mañana. Cerca del súper encontramos al gallo piñeiro de O Pino, que da la bienvenida a los caminantes.

Esta escultura de bronce policromado se encuentra frente a la sede del consistorio y representa a esta especie de ave de corral autóctona, que es honrada anualmente por esta tierra con una fiesta: la Festa do Galo Piñeiro.

Demasiado cansadas para preparar comidas, esta noche cenamos en O Km19.


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Camino de Santiago 2019: Tercera etapa PALAS DE REI – ARZÚA

02 mayo 2019

Hoy nos enfrentamos a la etapa más larga, que cuenta con casi 30 km de recorrido. También es la etapa en la que pasaremos de la provincia de Lugo a Coruña.

Tomamos sólo un café en el restaurante de nuestro alojamiento para ganar tiempo,  empezando algo más temprano que de costumbre.

Casi saliendo del pueblo encontramos una escultura de unos peregrinos bailando firmada por J. Novo.

Enseguida cruzamos el río Roxán, pasamos algunas aldeas más hasta llegar a una senda rodeada de eucaliptos y robles con hileras de losas de piedra para no enfangarse con el agua. Avanzamos hasta San Xulián do Camiño donde paramos en el albergue «O Abrigadoiro» a desayunar en condiciones.

En este pueblo resulta inevitable tomar una foto que resume la arquitectura y el paisaje gallego de estas aldeas. En una misma instantánea se recoge un cruceiro, un hórreo y una iglesia románica (iglesia de S. Xulián) del siglo XII.

Continuamos el camino por una bonita corredoira hasta el río Pambre y a continuación entramos en un bosque precioso del que no disfrutamos tanto como quisiéramos porque hoy la afluencia de peregrinos es enorme, continuamente te adelantan, te empujan, llegan bicis…. no quiero imaginarme cómo estará esta zona de concurrida a las puertas del verano.

A estas alturas de la etapa CMari descubre que se ha traído sin darse cuenta la llave de su habitación. Avanzamos hasta Campanilla, última población lucense en el camino, donde paramos a nuestro momento anacardo y a llamar a Casa Camiño para solucionar el tema de la llave.

Por una carretera secundaria decimos adiós a la provincia de Lugo para entrar en la parroquia coruñesa de Leboreiro. En el pueblo de Leboreiro, definido en la antigüedad como Campus Leporarius o campo de las liebres, encontramos su célebre Cabazo.

Se trata de un canasto gigantesco hecho con varas entretejidas, que recuerda los primitivos celeiros (graneros) para guardar el maíz. Este tipo de construcciones debió de ser típica de la zona, junto con los hórreos. Justo detrás se encuentra la iglesia de Santa María, gótica, aunque persisten en ella concepciones y motivos ornamentales característicos del Románico.

Abandonamos Leboreiro después de sellar en su iglesia nuestra credencial. Dejamos atrás el pueblo y empezamos una senda por un camino empedrado emulando a una antigua calzada romana. Seguimos el camino empedrado hasta atravesar el río Seco por el Ponte do Leboreiro, del siglo XIV, que tiene trazos medievales y está formado por bloques de roca granítica.

A continuación sobreviene un tedioso tramo junto a la carretera y entramos en el Bosque de los Peregrinos, en el parque empresarial de la Magdalena.

FOTO PACA

Dejamos atrás el polígono industrial y nos adentramos en un bosque que acoge la ribera del río Furelos (afluente del Ulla) y cruzamos por su precioso puente  medieval de cuatro arcos de medio punto para acceder al pueblo del mismo nombre. Este puente, que cuenta con su propia leyenda, ya se cita en el Codice Calixtino (manuscrito del s. XII, a modo de guía para los peregrinos que seguían en aquella época el Camino de Santiago, con consejos y descripciones de la ruta).

Visitamos la iglesia de San Xoán, la única que hemos visto con entrada en mitad del lateral de la nave principal. No se entra por la parte frontal al altar, como es costumbre, sino por el lateral.

En su interior destaca el Cristo de Furelos, también conocido como el Cristo de la mano tendida. El crucificado desciende su mano derecha como para atender y dar fuerza al peregrino. No es una mano caída, sino que se ofrece a pesar de su tremendo trance. La talla sobrecoge y reconforta al mismo tiempo. El gesto de tendernos una mano de ayuda llega al corazón. Este Cristo está velando por los caminantes, por mis peregrinas de montaña 😉
Cristo de la mano tendida. Iglesia San Juan de Furelos. Foto de Jacinto Fuentes Mesa
Da pena abandonar este pueblo tan bonito. Dejamos Furelos para subir hasta Melide y entrar a la capital del concello por la calle del Camiño vello de Santiago. Llegamos justo a la hora de comer. Elegimos la Pulpería A Garnacha, un amplio local con bancos y mesas de madera, donde podemos degustar el famoso pulpo á feira de la zona y unos pimientitos de Padrón.
Melide es una ciudad grande, con bastante patrimonio histórico cultural. Después de comer, decidimos que merece la pena hacer una visita rápida por sus calles antes de continuar hacia Arzúa. Compramos unos melindres, pasamos junto a la Capilla de San Roque, con su cruceiro del siglo XIV, que según dicen, es el más antiguo de Galicia (así lo designó Castelao en su obra «As pedras da Galizae«).  Hoy en día el cruceiro se levanta sobre una columna moderna y está formado por una cruz de piedra. En el anverso tiene la representación de Cristo y en el reverso, la representación del Calvario con Jesucristo, la Virgen y San Juan.
 
En la Plaza Convento, nos acercamos a la iglesia de Sancti Spiritus para sellar, pero desgraciadamente está cerrada. La iglesia perteneció al desaparecido convento de la Orden Tercera de San Francisco fundado en el siglo XIV. Junto a la iglesia, se encuentra la Casa do Concello, del siglo XVII, que antiguamente fue un pazo de gran belleza. Su puerta principal recuerda la entrada de una iglesia. Aquí sí conseguimos sellos para nuestras cartillas.
Dejamos atrás Melide para adentrarnos en un sinuoso camino que nos lleva hasta cruzar el río Catasol mediante un paso de piedras bien colocadas, una auténtica obra maestra de ingeniería popular. El Ponte das Penas está hecho de grandes piedras o peñas, en gallego penas, de ahí su nombre. Esta preciosa etapa es toda ella fluvial, no dejamos de cruzar ríos en cada tramo, como en el juego de la oca… de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente!!!

 

Estamos en uno de los tramos más bonitos del itinerario, aunque ya el cansancio hace mella, decidimos parar en la Taberna de Parabispo a tomar café. Este sitio en un verdadero oasis!! Todo aquí lleva la marca Siboney.

No nos habría importado haber terminado aquí la jornada de hoy. De haberlo sabido, habríamos dividido esta etapa en dos, para disfrutar más tiempo de los sitios espléndidos por los que hemos ido pasando. Con pena y pereza, continuamos la marcha hasta llegar a Boente, donde hay un cruceiro, la fuente Da Saleta de cuatro caños y la iglesia de Santiago de Boente.

Junto a la iglesia, tomamos un sendero en dirección a Fraga Alta, pasamos por O Río y cruzamos el Rego Riberal. Seguimos camino y volvemos a cruzar la carretera por un puente elevado. Por zona de bosque de eucaliptos y cruzando fincas, enseguida llegamos a Ribadiso de Abaixo.

Ribadiso de Abaixo es una pequeña aldea con casas de pizarra típicas de la zona. Cruzada por el río Iso, tiene un bonito puente gótico del siglo XII. Al lado del puente se encuentra el antiguo hospital de peregrinos de San Antón, del siglo XV, hoy reconvertido en albergue.

Unos tres kilómetros más, a la orilla de la nacional, para llegar por fín a Arzúa, que actualmente es una villa moderna y con importante actividad económica, lugar de encuentro de los Caminos del Norte y Francés. Nada más pisar esta ciudad, compramos varios quesos de Arzúa, que es el queso gallego por excelencia, con denominación de origen. 🙂

Nos alojamos en los Apartamentos Arzúa, espléndidos, amplios y con todos los servicios. Muy recomendables, sin duda nuestro mejor alojamiento de este año.

Decidimos cenar hoy en casa, bajamos a una tiendecilla, a unos 400 metros de nuestro apartamento, que por dentro parece una postal de los años 50 del pasado siglo. Compramos lo necesario para preparar unas estupendas ensaladas. Seguramente, lechuga y tomate sean de su propia huerta. No tienen pan para vendernos y nos ofrecen el que tienen reservado para su cena (que rechazamos, por supuesto), nos dan una bolsita con sal para que no compremos un kilo entero. Les compramos también orujo casero… Una verdadera suerte que este pequeño establecimiento de carácter familiar y gente de bien haya conseguido sobrevivir al paso del tiempo… Bravo!!

 

 

 

 


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Camino de Santiago 2019: Segunda etapa PORTOMARIN – PALAS DE REI

01 mayo 2019

Desayunamos en Casa Pérez,  según nos recomendó Jaime. Hoy el día es más fresco que ayer. Tras dejar el apartamento,  bajamos a San Nicolás a que nos sellen y nos ponemos en marcha.

El tramo que viene a continuación es una de las partes más duras de esta etapa. Al final de la pasarela sobre el embalse de Belesar hay que girar a la derecha y atravesar la espesura del bosque del monte de San Antonio. La cuesta es considerable.

Tras la subida de aprox.1 kilómetroy medio, se deja el bosque para caminar por una extensa llanura hasta llegar al arcén derecho de la carretera LU-633, que ya no abandonaremos hasta bastante después. Esta parte se hace larga y monótona, además de peligrosa, ya que hay que ir cruzando la carretera.

Tras dejar Toxibo y su bonito hórreo,  se alternan tramos de bosque con sendas paralelas a la carretera.

Dejamos atrás las localidades de Gonzar y Castromaior. Esta es una zona de castros celtas que nos pueden dar una imagen de cómo era Galicia antes de la conquista de los romanos.

Cuando llevamos unos 14 km llegamos a Ventas de Narón. A la salida de esta localidad está la Capilla de la Magdalena, donde figura tallado el símbolo de la concha de Santiago. Existe la creencia de que en este lugar los cristianos,  tras descubrir el sepulcro del Apóstol,  batieron al emir de Córdoba en su intento de conquistar Galicia .

Ahora el camino es por la carretera comarcal con amplio arcén de tierra y pequeños vigilantes que hacen el recuento de los peregrinos 🙂

Hay que tener precaución pues aunque sea comarcal circulan por aquí bastantes vehículos.

En esta zona todas las aldeas están muy cerca unas de otras. Cruzamos por el centro de Ligonde contemplando la arquitectura popular de los hórreos y las casas de piedra, y sellamos en la Fuente del Peregrino. Nos atiende una chica muy joven, natural de Orlando, EEUU, que nos cuenta que está de  voluntaria en el albergue.

Esta es una de las mejores paradas de la etapa porque compruebas cómo aún existen personas que dedican su tiempo al bien más preciado, que es ayudar a los demás. En su mini-refugio estás invitado a una taza de café o té, agua, fruta, conversación y abrazos gratis. Se agradece encontrar sitios como este  🙂

Tras salir de Ligonde bajamos por una llanura verde hasta llegar a Airexe, donde no podemos sellar, por estar cerrada su iglesia de Santiago. Continuamos hasta Portos donde nos saludan unas bonitas y enormes hormigas instaladas en la terraza de su pensión «A paso de formiga». Es un sitio con un jardín muy cuidado, donde decidimos parar a nuestro momento anacardo y a dejar en su mapa constancia de nuestro paso por aquí.

Antes de llegar a la aldea de Os Valos, podemos contemplar un antiguo lavadero que, al parecer, aún se sigue utilizando.

Continuamos hasta llegar A Brea, donde hay un mesón con parrilla en la terraza y no nos lo pensamos. Es un buen lugar donde comer poco antes de llegar a nuestro fin de etapa en Palas del Rei. Pulpo, verduras y carne a la  brasa conforman nuestro menú, todo regado con albariño.

Tras una comida espléndida, llegamos enseguida a Palas tras caminar por un sendero muy agradable que atraviesa un bosquecillo muy cerrado y muy verde. Sin darnos cuenta nos topamos con la iglesia de San Tirso, donde sellamos.

En Palas nos alojamos en Casa Camiño. Como dato curioso mencionar en esta ciudad la tienda «La huella del peregrino «, donde nos sellan las cartillas y el cuaderno con un sello de lacre. De hecho, son los sellos más bonitos que tenemos de este Camino.


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Camino de Santiago 2019: Primera etapa SÁRRIA – PORTOMARÍN

30 abril 2019

Parece mentira, pero ya ha llegado la fecha de comenzar nuestro cuarto Camino!!! El elegido esta vez es el Camino Francés, probablemente el más conocido y también el más transitado. Embarcamos a las 6:55h en nuestro avión con destino a Santiago de Compostela, donde nos espera Gonzalo, el taxista que nos llevará hasta Sárria en un viaje que se nos hace interminable. Algo más de 100 kilómetros dista Sárria de la ciudad compostelana.

Llegados a Sárria, Gonzalo nos deja junto a la cafetería Polo para que desayunemos. Según él, es el único sitio en este pueblo donde hay churros… La verdad es que ninguna le hemos dicho que quisiéramos churros, debe ser que siendo madrileñas, lo mismo ha pensado que desayunamos a diario en San Ginés, y que íbamos a echar de menos los churritos verbeneros tan típicos de los madriles 🙂

Tras el desayuno (exento de churros, dicho sea de paso), nos dedicamos a recorrer las calles de Sárria buscando un sitio donde adquirir la credencial. Llegamos primero a la Casa Consistorial, donde nos dicen que están muy liados con el catastro… aprovechamos para hacernos fotos junto a la estatua de Alfonso IX en la Plaza de la Constitución.

Encontramos la tienda Peregrinoteca, y aprovechando que Nuria y Maribel tienen que comprar palos para ayudarse en el camino, adquirimos aquí también las credenciales y obtenemos nuestro primer sello. Localizamos a continuación la Rúa Maior, que desemboca en la iglesia de Santa Mariña (románico, remozado en el siglo XIX), donde no quieren sellarnos y nos envían a la parte alta del pueblo, a la iglesia del Salvador (románico s.XIII, en transición con el gótico). Aquí si que encontramos una mujer muy maja y atenta que nos planta un segundo sello deseándonos buen camino con una sonrisa.

Nos cuesta salir de las calles de Sárria, igual que el año pasado nos costó salir de Ferrol. Finalmente, comenzamos jornada. Tras la Rúa Maior, pasando junto al edificio de la Prisión Preventiva, llegamos a un mirador adornado con un crucero. Unos trescientos metros después alcanzamos el mal llamado Convento de la Magdalena (de fábrica gótica y renacentista). Nos sella de mal humor uno de los padres mercedarios que vive allí, diciéndonos que el convento se llama Convento de la Merced (y así figura en su sello), no de la Magdalena como aparece en algunas guías.

La etapa desciende junto al muro del cementerio hasta un bonito puente medieval, el Ponte Áspera, que nos permite cruzar el río Celeiro, afluente del Sárria.

A partir de aquí tomamos un sendero de orografía suave, muy agradable de caminar, y se van alternando regularmente los prados y las zonas boscosas de castaño y roble.

En mitad de una cuesta, por cierto, encontramos el árbol más hermoso de todos los que íbamos a ver en los cinco días de viaje. Magnífico y viejo roble que nos permite hacernos una preciosa foto a sus pies.

Pasada la localidad de Vilei donde hay un área de descanso que pasamos de largose encuentra Barbadelo con su iglesia de Santiago (románico gallego) que se observa desde el recorrido aunque para visitarla es preciso desviarse unos metros a la izquierda, a la altura del albergue. El trayecto continúa por Rente y Mercado da Serra para internarnos de nuevo en un corredor arbolado. Hay tramos con empedrados, a modo de espina dorsal, que permiten a los peregrinos caminar sin tener que sortear el agua ni embarrarse los pies.

Pasamos por la fuente de Pelegrín, mascota del Xacobeo’93 y por Molino de Marzán hasta llegar a Leiman

Pasadas algunas aldeas más, paramos a comer en el Mirador A Brea, establecimiento de aspecto informal, con terraza, donde comemos unas ensaladas y se produce la primera catástrofe del día: Lola derrama medio bote de Coca-Cola en los pantalones de Nuri y sobre nuestro cuaderno de viaje.

Dos kilómetros después alcanzamos  el fotografiadísimo y maltratado hito 100, bañado en graffiti.

Continuamos nuestra jornada rodeadas de prados tan inmensos como intensos, preciosos campos llenos de vacas pastando a sus anchas. Al llegar a Mirallos, admiramos su bonita iglesia románica de Santa María de Ferreiros, que fué trasladada desde Ferreiros a Mirallos en 1790 debido a que el camino pasaba lejos de ella y quería utilizarse como hospital de peregrinos. Desafortunadamente, la encontramos cerrada y no pudimos verla por dentro. Como curiosidad, la pila bautismal de esta iglesia se sacó fuera para adornar el emplazamiento donde se encuentra actualmente y aún conserva símbolos religiosos de la época medieval.

Continuamos etapa… Montrás, Parrochas, Vilachá… pequeñas aldeas nos salen al paso y también alguna que otra cuesta empinada y peligrosa, por la que es fácil resbalarse y caer.

Y por fín Portomarín sobre el río Miño!!! . El embalse de Belesar luce magnífico, quién diría que bajo él están las ruinas del antiguo asentamiento de Portomarín. El pueblo tuvo que encaramarse al Monte do Cristo cuando en 1962 se construyó este embalse. La entrada al pueblo se hace por uno de los arcos del viejo puente romano-medieval, reconstruido para asentar una escalinata y colocar una pequeña capilla, la capilla de las Nieves.

Al encontrarse en un monte, este bonito pueblo, de fachadas blancas y tejados grises, se encuentra en cuesta, mirando al Miño. Por cierto, q en una de esas cuestas se nos caerá luego Paca, afortunadamente sin graves consecuencias.

Al llegar a Portomarin el fisio atiende amablemente a Nuri sin cobrarle nada (Fisioterapia Mayo). Quedamos con Jaime, el propietario de los Apartamentos Loyo, donde vamos a alojarnos esta noche, que nos acerca a la vivienda y nos indica dónde hay buenos sitios para cenar y desayunar al día siguiente.

Una vez duchadas y recuperadas de esta etapa, bajamos a la porticada calle de Fraga a cenar de tapas, admiramos la iglesia de San Juan o de San Nicolás (siglos XII y XIII y de estilo gótico), un templo con aires de fortaleza en el que destaca su gran rosetón y que, como curiosidad, fue mudado piedra a piedra desde su ubicación anterior, amenazada por las aguas del embalse de Belesar. Otro de los edificios destacables es el Pazo del General Paredes, que data del siglo XVI. Actualmente es el edificio del ayuntamiento, custodiado por un monumento al peregrino y situado al lado de la iglesia.

Y ya cenadas, nos vamos a dormir, que mañana nos espera otra intensa jornada, no sin antes hacernos fotos junto a un Santi-graffitero que encontramos volviendo al apartamento.